sábado, 6 de febrero de 2016

La tierra perdida de Hiperbórea.

Según la mitología griega, Hiperbórea era una región que se situaba más allá de Tracia, ciudad donde supuestamente vivía Bóreas, el viento del Norte. Se trataba de una tierra mágica donde siempre era de día y brillaba el sol, y cuyos habitantes, que podían vivir hasta 1000 años, eran eternamente felices, libres de la vejez, de la enfermedad y de la guerra.

Como ocurre con la Atlántida, estamos ante un gran enigma, un continente con trágico destino, sepultado en la crueldad de la madre naturaleza...
Según se cuenta, la dificultad de alcanzar este continente era elevadísima, pues este paraíso estaba custodiado por poderosas razas de semidioses que velaban por los hiperbóreos y estaba protegido por enormes muros de hielo transparente. Apolo, dios de la luz, era el único que recibía culto en Hiperbórea, donde se marchaba para pasar los largos inviernos. Debido a él, se da por supuesto que los hiperbóreos eran parecidos a él: rubios, altos y hermosos.

Hay muchas leyendas que hablan de los habitantes de estas tierras. Abaris, por ejemplo, era un sacerdote de Apolo hiperbóreo, que se marchó de su país y recorrió el mundo curando a la gente con su magia. El héroe Hércules, al llevar a cabo uno de sus 12 trabajos, tuvo que perseguir a la Cierva de Cerinia hasta el país de los hiperbóreos, donde ésta se detuvo y al fin fue capturada.



 

Otros mitos griegos y romanos también parecen referirse a Hiperbórea. Hesiodo habla de una isla al norte del mundo donde los héroes vivían eternamente, gobernados por Cronos. Otras leyendas mencionan una isla Blanca donde los héroes como Aquiles son llevados después de la muerte. Por otro lado, las fuentes clásicas hablan de la mítica isla de Thule, situada en el Polo Norte, utilizada para hablar más allá del mundo conocido por los griegos y romanos.

 

Existen otros pueblos que tienen mitos que encajan con la leyenda de Hiperbórea. Por ejemplo, los celtas irlandeses cuentan que descienden de un pueblo llamado los Tuatha Dé Danann, Los hijos de Dana, que llegaron a las islas Britanicas huyendo del naufragio de su civilización agonizante, situada en alguna isla al norte del océano. Los hindúes también hablan de una isla Resplandeciente situada al norte del mundo, donde habitaría el dios Visnú. Los persas, por su parte, pensaban que su raza provenía de una isla situada al norte.

La Atlántida o Hiperbórea, Lemuria, Mu, casi todas las culturas del mundo tienen leyendas que hablan de un continente desaparecido cuyos habitantes poseían una civilización superior.

Los nazis cultivaron una vertiente esotérica que intentaba explicar enigmas tan distintos como el Santo Grial, el Arca de la Alianza o la existencia de la Atlántida. Una de sus leyendas favoritas era la de Hiperbórea, ya que pensaban que la raza aria era descendiente de los dioses rubios, hermosos e inmortales que habitaban al norte del mundo. Según la explicación nazi, Thule sería la capital de esa mítica Hiperbórea.

El filósofo Nietzsche aseguró en algunos de sus libros que era descendiente moral de los hiperbóreos, a los que identifica con su famoso "superhombre".

Se cree que Groenlandia e Islandia serían vestigios geológicos de ese fabuloso continente hiperboreal, que disfrutaba de un clima tropical con una vegetación extraordinaria. Los importantes yacimientos de carbón fósil bajo el hielo de estas islas demuestran que allí se desarrolló una exuberante vegetación. Curiosamente, Groenlandia significa "tierra verde". ¿Existió realmente este continente o solo es una leyenda?

Esta civilización debió florecer hace más de 60000 años durante el último período interglaciar. Cuando las alteraciones climáticas la fueron convirtiendo en una región inhóspita, en un proceso gradual que debió llevar siglos. En el siglo XIV, el intérprete francés Guillaume Postel, afirmaba que el Paraíso se encontraba bajo los hielos del ártico. En la tradición germánica el edén nórdico se llama Asgard que fue asolado por cataclismos de nieve, viento y hielo, que denomaron Ragnarók, el "Ocaso de los Dioses".

En tanto que las tradiciones de la India está mencionada Sheveta-Dvipa, la "Isla del Esplendor", situada en el Norte. Isla luminosa y sede de Vishnú cuyo emblema es la esvástica.

Los griegos conservaron el recuerdo de esta "Tierra del Sol Eterno", la que se extendía "más allá del dios Bóreas", señor del frío y de las tempestades. Piteas de Marsella, intrépido navegante y renombrado sabio, en el siglo V a.C., llegó a una tierra que toca el círculo Ártico. Los habitantes de esas islas le declararon que si navegaba un día entero hacia el norte, encontraría "el mar sólido". Aquella isla a donde había arribado Piteas se llamaba Thule y las noches duraban casi 24 horas en el período del solsticio de verano y todo lo contrario ocurría en el solsticio de invierno.

 

Con el tiempo los hiperbóreos emigraron a tierras más meridionales, mezclándose con otras etnias y habitantes de diferentes regiones del planeta, como Islandia. De esta manera lograron sobrevivir a la glaciación del periodo cuaternario. Pero cuando los irlandeses llegaron a Islandia en el año 795 y los vikingos en el año 874, hallaron que la isla estaba despoblada. Posiblemente sus habitantes desaparecieron debido a algún desastre sísmico o volvánico, que les obligó a realizar un éxodo a las tierras continentales de Europa. Otras versiones apuntan que la causa de la huida de su población se debió a un cambio de posición del eje terrestre a causa de la transgresión humana en la ley divina.

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